miércoles, 25 de agosto de 2010

Estas semanas sin verte me parecieron años.
Tanto te quise besar que me duelen los labios.

Mira que el miedo nos hizo cometer estupideces,
Nos dejo sordos y ciegos tantas veces.

Y un día después de la tormenta, cuándo menos piensas sale el sol.
De tanto sumar pierdes la cuenta,
Porque uno y uno no siempre son dos.

Te lloré hasta al extremo de lo que era posible,
Cuándo creí yo que era invencible.

No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo aguante.
Y lo mejor siempre espera adelante

No hay comentarios: