lunes, 27 de julio de 2009

A las niñas les enseñan muchas cosas, si un niño te pega le gustas. Nunca trates de emparejarte los flecos y un día conoceras a un hombre maravilloso y tendrás un final feliz.

Cada película que vemos y cada historia que nos cuentan implora que lo esperemos. El giro del tercer acto, la declaracion de amor inesperada, la exepción a la regla. A veces nos concentramos tanto en el final feliz que no aprendemos a interpretar las señales. A diferenciar entre los que nos quieren y los que no, entre los que se van a quedar y los que se van a ir.

Y quizas, el final eres tu sola recogiendo los pedazos y volviendo a empezar, liberandote para encontrar algo mejor en el futuro. Quizas el final feliz consite en seguir.


O quizas, este es el final feliz: SABER QUE A PESAR DE TODAS LAS LLAMADAS Y CORAZONES ROTOS, A PESAR DE TODOS LOS ERRORES Y LAS SEÑALES MAL INTERPRETADAS, A PESAR DE TODO EL DOLOR Y LA VERGUENZA TU NUNCA, PERO NUNCA, PERDISTE LA ESPERANZA.

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